El lago Titicaca que sirve de frontera natural entre Bolivia y Perú es el lago navegable a mayor altura del mundo. Pese a estar a una altura alrededor de los 3800 metros no hiela debido a su nivel de salinidad, que aún a ser muy bajo, es extrañamente alto para un lago de ese tamaño y altura con lo que templa el ambiente convirtiendo a Puno y Copacabana en unos paraísos en las altas montañas de los Andes.
El color del lago es azul profundo, contrasta con el color habitual de los lagos, eso es debido a su profundidad que llega a los doscientos ochenta metros en algunos puntos. Rodeado de montañas, ofrece una vista un tanto peculiar. Afortunadamente, los gobiernos de los dos países lindantes se unieron en 1996 para proteger el lago creando un ente binacional que lo gestiona y vela por su seguridad.
El lago tiene varias islas en su interior, la Isla del Sol es la más grande de ellas, situada al sur, cerca de Copacabana (Bolivia), según los ritos incas era el lugar del origen de la creación del mundo. Hoy en día se puede visitar, ofrece unos amaneceres y atardeceres muy espectaculares. La Isla de Amantaní o la Isla Taquile están situadas cerca de Puno (Perú) y desde tiempos antiguos las habitan indios Quechuas que viven de lo que les da la tierra. Uno puede ir a alojarse una o varias noches con ellos, ofrecen una visión diferente de la vida que nosotros tenemos; humildes y trabajadores, pero sonrientes cada día agradecen si se les lleva pasta de dientes, dado que carecen de hospital y dentista en las islas.
La pesca en el lago actualmente sigue permitida, pero bajo unos cotos y normas. Los Indios Uros, que habitan unas islas artificiales que crearon tiempo atrás, cuando se echaron al agua para evitar a los incas, están exentos de ellas. Los Uros viven en unas islas hechas de paja de tótora, y básicamente se alimentan de pescado. Aunque algunas islas aceptan turistas, otros Uros han decidido vivir al margen de la sociedad de consumo y viven como hacían antaño, cientos de años atrás.
El lago Titicaca ofrece al visitante un paisaje especial e inaudito. Rodeado de montañas, con gentes amigables y un sabor de agua salado, es un lago frío, por esa razón no se suele bañar la gente, pero el sol aprieta y es necesaria protección solar debido a la altura y la nula polución en el aire del valle del lago.
La ciudad más grande que bordea el lago es Puno (Perú); cuenta con un puerto del que salen barcos a prácticamente todas las islas e incluso se puede alquilar un velero para pasar varios días sin regresar a puerto. No cuenta con aeropuerto pero sí con una carretera directa a Cuzco, Lima por el contrario queda muy lejos. Copacabana por otro lado es la ciudad boliviana más desarrollada que cuenta con una carretera directa a La Paz. Muy pintoresca y amigable, de ella salen barcazas a la Isla del Sol.
